Desde hace varios días, la presencia de medusas es constante en el agua que baña los pantalanes del Club Nàutic Sant Antoni. Esta mañana, sin embargo, se ha producido una situación bastante insólita, al acumularse un espeso banco de estos animales urticantes en la esquina que forman los pantalanes central y G, frente al restaurante, justo donde se encuentran situadas algunas de las embarcaciones clásicas más legendarias del Club.
En algunos tramos el banco de medusas es tan denso que no puede verse el fondo del mar a través de él y le sigue una larga estela de estos animales, que por el momento siguen acumulándose en la zona.
Dichas medusas pertenecen a la especie Pelagia Noctiluca, muy habitual en aguas pitiusas y causante de buena parte de las picaduras que en verano se producen en las playas y calas de la isla. También llamada medusa luminiscente o clavel de mar, a veces forma este tipo de enjambres, que son peligrosos para los bañistas ya que los cnidocitos de sus tentáculos exudan una sustancia altamente urticante.
Los expertos atribuyen varias causas a la aparición cada vez más frecuente de estas plagas. Por un lado, el incremento de nutrientes en los mares, a causa del vertido de fertilizantes y aguas negras de los núcleos urbanos, que acentúa las cantidades de nitrógeno y fósforo. Por otro, una disminución de sus principales depredadores naturales, como son las tortugas y el atún rojo. El incremento de la temperatura del mar, asimismo, acelera su ciclo vital, incrementando su población.
El cuerpo de la Pelagia noctiluca es transparente, con una coloración violeta rosácea o amarronada. Su umbrela es abultada y tiene dieciséis lóbulos periféricos, ocho órganos sensoriales carentes de ojos, ocho tentáculos y un espacio gástrico con dieciséis canales radiales.