Más al oeste de sa Conillera, s’Illa des Bosc y s’Espartar, según nos alejamos de Ibiza, aguardan ses Bledes, un pequeño archipiélago formado por na Gorra, es Vaixell, na Bosc, na Plana i es Esculls d’en Ramon, Tramuntana i es Cap Vermell, topónimos que en su mayoría hacen referencia a la forma que tienen los islotes. En muchos de ellos crece la subespecie marcosii de la Betta maritima, una acelga salvaje (en ibicenco, bleda), que proporciona nombre a este conjunto de islas.
Aunque actualmente forman parte de la Reserva Natural dels Illots de Ponent, se utilizaron como campo de pruebas para ejercicios militares con mortero hasta finales del siglo pasado, provocando un gran impacto en el medio marino. Aun así, su riqueza natural es extraordinaria, con tres subespecies de lagartija de color negro, lo que constituye algo excepcional en Ibiza.
Su mayor tesoro, sin embargo, aguarda bajo el mar, en fondos rocosos, donde aguardan poblaciones de gorgonia roja (Paramuricea clavata), con estructuras de gran tamaño en forma de árbol o abanico, situadas a partir de los 35 metros de profundidad. Algunos científicos afirman que probablemente sea la colonia más grande de todo el archipiélago balear.
En el islote de na Plana, además, se ubica el tercer faro de las reservas (los otros dos están en sa Conillera y es Vedrà). Está situado a 28 metros sobre el nivel del mar y lanza tres destellos blancos cada 15 segundos. Comenzó a funcionar como señal en 1927, con un destellador de gas acetileno, aunque en 1967 se le dotó de mayor potencia y altura, quedando ya configurado como faro.