Un descenso a la orilla de ses Balandres, en los acantilados inmensos y verticales de Santa Agnès de Corona, representa una de las excursiones más bellas e intensas que pueden realizarse por la costa norte de Ibiza. El camino, sin embargo, es vertiginoso y solo parto para personas sin miedo a las alturas y con buena condición física. En algunos tramos, los pescadores del pequeño núcleo de varaderos que hay abajo mantienen escalinatas de madera, barandillas y cuerdas para sortear los desniveles, por lo que alcanzarla navegando resulta mucho más sencillo y relajado.
Abajo aguarda una costa abrupta, de grava y piedras, y fondos de roca y posidonia, y frente a la orilla, los islotes de ses Margalides. Impresiona imaginar el esfuerzo que hacían los pescadores de Santa Agnès para regresar a diario a sus hogares, cargando sacos de pescado por el acantilado.